jueves, 22 de noviembre de 2007

Thanksgiving

Tenía sentido, éramos grandes, caían las ocho del reloj y todo comenzaba, la víspera del primer ataque, soñábamos que el amor lo era todo, y tenía sentido : buscabas tus raíces en el cielo, hallaste voces matizadas y contempladoras, seres alados que te recordaban con demasiada facilidad, cómo había sido todo, antes : marcábamos cada paso, o brindando, o brincando, saltando de una fortaleza del ánimo a otra, eras brillante y acertabas, la tormenta jugaba contigo pero te dejaba, te dejaba...

un nuevo comienzo, nos decíamos, creyéndolo y apartando con detalle todos los elementos de la actualidad de sus dudosos pasajes por entre lo visto : entereza, cautela, grandes estructuras de mimbre y un discurso tembloroso que cita fuentes antiguas, la más remota isla de la consciencia, explorábamos con ganas y con miedo, y tenía sentido : entre la luna y las últimas vibraciones del día mundano, una hilera de acontecimientos sublimes, salvaguardando un manojo de espíritus, girando en torno al monumento que era esa primera viña, esa corredera de significados que rompía piedra, y cantaba...

lunes, 5 de noviembre de 2007

De molde, y sin dogma: la innovación está en la visión y la síntesis, no en la cronología


El modernismo, gran época de la innovación y del diseño, adornos lujosos y caprichosos, entretejidos con estructuras completamente nuevas e insólitas, avances en la ingeniería y poesía infundiendo la mezcla de una vida especial que no tenía par en la época. O, ¿puede que sea una tradición ya pasada de moda que hay que superar para tener una "identidad propia"?

Lo pienso en dos términos claves: 1) si ha habido en ese contexto, en ese momento, un proyecto personal, íntimo, de algún gran innovador de la forma que hace que su obra haya valido como no sólo ejemplar sino excepcional; 2) si en un ambiente determinado, por razones que fueran, ha podido florecer una tendencia de tal manera que al fin y al cabo, logró informar toda la cultura estética posterior.

El modernismo en Barcelona cumple con los dos requisitos, y de sobra, con lo cual: es absurdo que un supuesto innovador de hoy en día proponga un proyecto iconoclasta en su contra, precisamente porque el modernismo se trataba de una superación tan seria como alegre de las formas fijas antecedentes. Romper no vale cuando ya han cubierto fenómenos espléndidos con cerámica y vidrio rotos para mayor efecto estético.

Para lograr la independencia que muchos diseñadores actuales proponen alcanzar rompiendo con lo "popular", basta con tener ideas lo bastante elásticas e inteligentes como para llevar a cabo un talento especial... faltando el talento (que se puede llamar instinto por la expresión atemporal) o las ideas (que tienen que sobrevivir el mismo escrutinio iconoclasta propuesta por el nuevo), la innovación (qu no sirve si su significado no perdura) se hace tanto más improbable, como es de esperar.

Por lo tanto, propongo una visión de tendencias estéticas que no mide a través de ningún dogma, ni a favor ni en contra. Parece elemental, pero son esos cimientos del análisis cultural que más que nada se le escapan al crítico acelerado. Ahora, miremos primero de todo la manía del crítico por la simplificación de los grandes logros creativos del pasado:

Primer error: que lo que ya se hizo queda tan primitivo como caducado, inútil para la obra expresiva. Segundo error: que un no-creativo, debido a su "distancia" ve con más claridad que el creativo. Tercer error: que tenemos que evaluar comparativamente todos los logros claves de la expresión y la estética, o si no, estamos perdidos en un bosque sin senderos ni mapas.

La obra del crítico es útil, y es necesario. Sin Guillaume Apollinaire, ¿quién hubiera dado forma ni coherencia al proyecto cubista? Pero, es urgente, en todo momento, que la crítica parta de un intento de dar sentido o de esclarecer; sus incisiones no tienen sentido si la operación no aumenta la comprensión del tema que tocan.

¿A qué viene todo esto? A que el modernismo, por mucho que se repita, y por mucho que un grupo estudiantil se autofascine con la idea de que basta con decir "no vale ya" para que no valga algo que influencia primordial en la concepción de un arte o de una industria, sigue siendo pertinente y flexible, y su práctica —aunque haga mucho desde que se piense así— no deja de permitir innovaciones y expresiones de vitalidad en nuestros tiempos.

A fin de cuentas, somos más potentes en la creación artística y expresiva cuando estamos más abiertos en nuestros conceptos sobre la misma. Rechazar es limitar, y rechazar un elemento potente y flexible de la trayectoria antecedente cultural no amplía nuestros horizontes ni nuestra visión.